Israel Cavazos, un espíritu selecto

Artículos

En: “ ISRAEL CAVAZOS GARZA una vida con historia “ UANL. 2003

Por Juan Roberto Zavala.

Conocí a Israel Cavazos Garza allá por la década de los sesenta del siglo XX. Invitado por el profesor Timoteo L. Hernández, acudía, junto con Jorge Pedraza Salinas, a las sesiones de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística, que se realizaban en el restaurante Lisboa, por la calle de Aramberri, frente a la Alameda Mariano Escobedo.

Antes, y siendo reportero de la sección Cultura, del periódico El Porvenir, había cubierto muchas de sus conferencias, con lo que sabia ya sobre sus conocimientos de la historia, especialmente de la nuestra, la regional, a la que ha dedicado tantos años.

Así aparece en mi memoria, en la mesa del “Lisboa”, y junto a personajes como don José P. Saldaña, don Ricardo Covarrubias, don Ramón Cárdenas Coronado, el maestro Plinio D. Ordóñez, don Manuel Neira Barragán, y muchos otros ya desaparecidos, y algunos que afortunadamente todavía viven, como los doctores Rodolfo Arroyo Llano y Hernán Salinas Cantú.

Ahí supe de su espíritu selecto; de su afán por saber; de su metódico manejo de los datos; de sus infatigables desvelos, desde las cuatro de la mañana, dedicados a la investigación, y la evidente fuerza de su obra.

Pero ahí también conocí su humanidad caudalosa; su bondad; la fácil sonrisa; su comprensión para quienes sólo somos aficionados a la historia; su cordialidad y su conocimiento amoroso de nuestra historia y cultura regionales.

A lo largo de todos estos años, en las sesiones de la Sociedad de Historia, primero, y en distintos lugares de coincidencia, después, nuestra conversación gira invariablemente sobre los viejos y queridos amigos; sobre la familia –los nietos en especial– y sobre los libros o investigaciones antiguas o recientes.

Escuchar hablar de historia a Israel es aprender, pues ¿habrá alguien con más entendimiento de nuestro pasado regional, que con una bibliografía semejante, en cantidad y calidad, haya contribuido más al conocimiento de nuestro terruño? ¿O existirá algún historiador de nuestra región que no tenga como libro de cabecera alguna de sus obras?

Yo lo conozco siempre con libros nuevos, con nuevas ideas. Y sé también de sus investigaciones; de su perfeccionamiento día con día; de su paciente trabajo de fichaje de documentos; de la corrección de pruebas. Ésta es una actitud que ha mantenido durante mucho tiempo y a la que sigue –a sus ochenta años- consagrando la vida entera. Por eso su obra, excepcional y abundante, es clásica de la historiografía regional.

Entre ese cúmulo de trabajo deja sitio todavía para la simpatía y la comprensión, que son rasgos esenciales de lo humano. Sin merecerlo yo, en 1991 presentó la obra Historia de la Educación Superior en Nuevo León, y más adelante me prologó otras dos investigaciones.

“La obra refleja a quien la escribe”, ha dicho el “mexicano universal” Alfonso Reyes. La de Israel Cavazos, independientemente de lo demás, refleja bondad para comprenderlo todo.

No podemos escribir sobre Israel sin mencionar a su inseparable compañera, la también investigadora y autora, maestra Lilia E. Villanueva, con quien tiene casi cuarenta años de vida matrimonial, y a sus mayores tesoros: sus hijos Lilia A. y Gabriel Cavazos Villanueva. Ella les ha dado la dicha de ser cuatro veces abuelos.

Al adherirme al homenaje, le envío estas letras y –como siempre– mi agradecimiento, admiración y respeto.